sábado, 17 de octubre de 2009

Do Re Mi Fa Soul...

Acabo de encontrar un pelo encima de la mesa de mi escritorio. Fuera de la cabeza los pelos suelen resultan impertinentes pero este aún lo es de un modo más descarado por su contraste sobre el fondo blanco del cristal. Intuyo que es mio. Para poder observarlo mejor lo cojo dando un pellizco a la mesa con cierta destreza para que quede atrapado entre mis dedos índice y pulgar sin escurrirse.... En su oscura finura, no sin cierta satisfacción, he advertido que es un pelo limpio, brillante, que ni está teñido ni es una rebelde cana, sino de mi propio color natural. Es decir, de ese castaño que rara vez se ve ya por el mundo. En longitud, grosor y forma, ligeramente ondulada, es sin embargo similar a tantos otros cientos, miles, millones de mi cabeza... Tiro de ambos extremos en sentido contrario para desrizar el rizo y comprobar que efectivamente no hay en él ningún cambio brusco de tono que me advierta del tiempo transcurrido desde mi última visita a la peluquería...¿Porqué él? ¿qué tendrá de especial para haber resistido inmune en su color original? si era más fuerte que los demás ¿por qué ha caido ahora?... Sólo en uno de sus extremos un puntito blanco me permite distinguir la raíz de la punta. Recordé entonces aquella ley que nos indica que la distancia más corta entre dos puntos es siempre la linea lacia ... Lo dejo caer otra vez en la mesa pensando en la fuerza arrolladora de las verdades simples y observo que tras un breve recorrido en el aire el pelo aterriza en forma de semi circulo de modo que los extremos casi llegan a tocarse. Me dejo llevar por la idea de que en la vida no todo es tan evidente. Me pregunto cuanto tiempo habrá pasado desde que cayó de mi cabeza... ¿Estara el pelo en este preciso instante muerto o vivo? He oído decir qué de algún modo los pelos tienen vida propia y que es por ello por lo que siguen creciendo durante un cierto tiempo incluso despues de que uno muere, al igual que ocurre con las uñas, dos de las partes más fuertes del cuerpo...¿Serían también como las flores que al desprenderse de su tallo mueren lentamente o morirían los pelos ipso facto tan pronto se separaran de la cabeza? A simple vista parece un prodigio que dentro pueda esconderse mi ADN completo (con toda esa información genética sobre lo que soy, he sido, seré, o podría haber llegado a ser) Pensé en la cantidad de tipos de pelos que hay prestando especial dedicación a los que consideré más importantes; esos que pueden terminar llevando a alguien al divorcio, un centro de deshabituación o hasta la mismísima silla eléctrica... Me vinieron a la cabeza decenas de expresiones que contienen la palabra pelos: Tomar el pelo, por los pelos, dar para el pelo, caerse el pelo, no tener un pelo de, soltarse la melena, ser un medio pelo, tener o no pelos en la lengua, pelillos a la mar, no se le ve el pelo, cortarse el pelo o la coleta, estar hasta el moño, echar una cana al aire, cuando las ranas tengan pelos... Estaba ya empezando a cansarme de tanto pelo cuando se me ocurrió lo siguiente: si los pelos están vivos, contienen información genética y hasta gozan de cierta independencia... ¿Podrían de algún modo ser también entes inteligentes?... Quizás una pequeña parte de las sustancias neuronales que se transmiten en el cerebro acabaran impregnando el cuero cabelludo dada su proximidad, y de ahí pasar directamente a los cabellos. Lo que sería una forma de que estos contuvieran ideas. Por desgracia la existencia del cráneo habría impedido todo contacto y hacía del todo ridícula mi teoría... Aún así la ocurrencia me provocó una sonrisa mientras lo arrastraba con el borde de la mano por la mesa hasta el filo de la misma y lo dejaba caer al pequeño precipicio que había hasta la papelera. Me pregunté cual de todas habría sido esa idea que habría calado en aquel simpático e insolente pelo y si él habría muerto por su culpa al no soportar su peso... En realidad no llegue a verlo caer, la última vez que lo vi iba aún ligero por el aire hacía su destino ya que la voz de mi profesor de música me distrajo de su vuelo._ ¿Éstas o no? ¿Se puede saber en que piensas? No respondí. Acerqué un poco más la partitura y metí la nariz en aquel pentágrama. Luego pensé que no debería salir tan a menudo pero que seguía estando de un magnifico humor...
Dicen quienes creen en la magía que un pelo puede ser suficiente para sentir el más profundo amor o no levantar cabeza.

jueves, 27 de noviembre de 2008

LIBERTAD

Temí no expresarme con claridad, que la voz me temblara y él notara que mi corazón se aceleraba al encontrarnos. Pero una extraña y placentera sensación de calma me acompañaba mientras miraba su imagen al otro lado del cristal blindado que nos separaba. Sólo disponía de diez minutos y había preparado un pequeño discurso de unas trescientas palabras. Superpuesta a su imagen real y profunda en el cristal pude ver mi propio reflejo, espectral y cercano, descolgando el auricular que me permitiría por fin comunicarme con él. Él repitió el movimiento con un gesto de desgana. Supuse que se estaría preguntando que hacía yo allí después de tanto tiempo y si de verdad había cumplido mi promesa de rehacer mi vida.
_ Hola Christian, sólo quiero...
_ Shhhhhhh....- Me mandó callar como el sonido de una serpiente que recorrió mi espina dorsal.- ...No digas nada, somos dueños de los silencios y esclavos de las palabras ¿recuerdas? ...Ven, acercate un poco más. Deja que el olor de tu piel atraviese el cristal...¿Sabes? He estado leyendo todos los libros que me enviabas...
¿Yo enviándole libros? Debí suponerlo, el programa de reinserción que estaba siguiendo no sólo modificaba sustancialmente su noción del tiempo sino que también le introducia una serie de falsos recuerdos. En sólo una semana de tratamiento su mirada había perdido toda la arrogancia que mostró cuando le detuvieron y en sus ojos un velo triste de animal herido delataba al ser vulnerable que había dentro del Gran Christian Baez. Tuve que hacer un esfuerzo por recordar lo mucho que le despreciaba.
_ No disponemos de mucho tiempo... estas corriendo un grave peligro...

martes, 25 de noviembre de 2008

PALABRAS

"Y la vida siguió como siguen las cosas que no tienen mucho sentido..." JOAQUIN SABINA.

_ Adiós.- dijo él.

_Adiós.- dijo ella.

Y los dos permanecieron de pie frente a frente mirándose en silencio.

_¿Volveré a verte alguna vez?

_Quien sabe...

_¿Es por algo que dije o que hice?, ¿es quizás algo que debería haber hecho?

_Ya no tiene importancia, nos olvidaremos.

_ No puedo dejar que te marches así...dime al menos que estarás bien.

_Estaré bien. Esto ni siquiera es una despedida. No puede acabar lo que nunca empezó. Todo estuvo en tu cabeza.

_ Por favor, no hables así...¿De verdad no habría algún modo de intentarlo de nuevo?

_Es tarde. Te daré la espalda y me verás desaparecer. Cuando cruce esa puerta entenderás algunas cosas...

_ Cuando cruces esa puerta, yo estaré al otro lado...Y donde quiera que vayas, allí estaré yo. Aunque tú no lo sabrás, porque estaré en silencio.

_Adiós.- dijo él.

_Adiós.- dijo ella

_...Aquel dibujo

_ ¿Sii?

_...no era en serio, ¿verdad?

Y los dos permanecieron de pie en silencio, frente a frente mirando hacia el suelo.



Buenos días, y perdón por la tristeza...

miércoles, 19 de noviembre de 2008

SANTA DE MI DEVOCIÓN

"Un milagro es un efecto que supera la fuerza natural de los medios empleados para realizarlos" Pascal


A un lado de la Iglesia de San Pedro, haciendo esquina entre las calles Imagen y Sor Ángela de la Cruz, en Sevilla, hay una pequeña glorieta con una estatua de la Santa que da nombre a la calle. Es una santa muy querida, por eso desde su pedestal sus pies de mármol siempre están rodeados de flores. Yo también le tengo gran devoción, aunque aún no le he llevado nunca un ramo ¡y no será porque no tenga mucho que agradecerle! ...Y es que yo hasta hace poco no hacía más que lamentarme de mi suerte y de mi vida. Me sentaba en un banco cercano a ella, como este mismo en el que estoy ahora, y me pasaba horas mirándola y pensando que no hubiera yo dado por no ser yo. Luego me levantaba, y otra vez a tirar pa lante, como si nada. Porque las santas de verdad como ella, incluso muertas siguen haciendo mucho bien... Yo creo que cuando una nace con madera de santa se sabe desde el principio, aunque la mayoría después no lleguen a ejercer (unas porque se casan, otras quizás por falta de confianza en si mismas y otras sencillamente digo yo que porque no les dará la gana. -En mi caso la culpa la tuvieron los pechos. Muy jovencita me crecieron un buen par de tetas y cuando quise darme cuenta ya trabajaba como fulana, que es el final que tenemos muchas santas en potencia... aunque supongo tambien que ser la mayor en una familia de 12 hermanos en la que no había con que alimentarse tampoco fue lo que se dice de gran ayuda, y conste que yo no culpo a nadie de mi situación...Pero volviendo a ella, a mi santa, ¡Qué sufrida era y que valor tenía!, no sólo dedicó su vida y su obra a consolar a los que no podían permitirse consuelo, si no que además lo hacía aplicándose grandes penitencias y mortificaciones. Así, voluntariamente, sólo para sentirse más cerca de Jesús... Ella dijo a las hermanas de su congregación: "nuestro país es la cruz, fuera de ella somos forasteras" Y vaya si lo cumplía, les aseguro que he visto la tarima de madera donde dormía, los cilicios con los que se abría las carnes y la austeridad con que vivía e impresiona... y miren que por mi profesión una ha visto ya de todo... Pero en realidad lo mio va más allá de la admiración; lo que yo habría querido es sencillamente ser ella. Y como ella, tener un hombre que velará mi tumba y mi recuerdo. Porque he observado que aquí hay un hombre que siempre está cerca de la estatua. Es su guardian. Cuando yo llego, él ya está aquí, cuando me voy, ahí sigue sea la hora que sea, sin moverse de su sitio, siempre vigilante. Siempre con la misma ropa, con el mismo sombrero, mirando de vez en cuando su inutil relog como dispuesto a eternizar el momento previo a una cita con esa mujer que sólo él conoce y nunca llega. Pero cuando mira hacía la estatua el brillo de sus ojos le delata. Es un devoto, como yo, no tengo la menor duda. Aunque quizás él no quiere que se sepa. En la vida he conocido muchos hombres de todas las clases, de todos los colores, pero ninguno como él. Éste es un caballero. Y no es que yo sea una experta en caballeros, hasta es probable que este sea el primero que veo tan de cerca. Pero desde luego no es como los demás... ¿Qué otra cosa podría ser con ese porte elegante o esa dignidad con la que ha hecho de esa espera inútil la razón de su existir?... Le miro de reojo para no asustarle, y me conmueve la determinación con que ha plantado a su destino para quedarse ahí quieto junto a su dama, la santa, observandola desde su rincón mientras a su alrededor el mundo sigue su curso. Y así
con esa tranquilidad del que sabe que uno está donde tiene que estar se entrega a su noble causa, sin darle mayor importancia...
Un día me encontraba tan triste y tan sola que ya no pude más y le pedí a Sor Ángela que me dejará cambiar de vida, que me ayudará a ser como ella, buena y decente, a preocuparme por los demás, a desvivirme por quienes no conozco, a sentir esa intensa pasión que ella sentía por Cristo nuestro señor. Le pedí por una vez poder ser digna de admiración, que me quisieran como soy, poder subirme a un pedestal y que también a mí, alguna vez, alguien me dedicara por un momento su atención, una mirada furtiva y enamorada en medio del eterno esperar ... Y fijense lo milagrosa que no será esta mujer, que todo, todo me lo concedió.
Ahora tengo mi propia esquina en el parque, pero es una bien distinta a donde trabajaba antes. Las flores que me rodean no son mías pero me alegran la vista igualmente. Ahora soy mimo y muchos se paran a mi alrededor para verme actuar, aunque mi actuación consista en quedarme quieta durante horas, como la estatua que creo ser mientras estoy subida en mi pedestal. Un pedestal inestable que yo misma he fabricado y que a duras penas aguanta mi propio peso, que aunque no es tanto, sé que cualquier día se puede acabar rompiendo. No me importa. Si me caigo me volveré a levantar. Sé que la santa está conmigo y con ella nada temo... Hasta he tenido la ilusión de tener un caballero propio. Es un hombre misterioso que viene de vez en cuando y se para un largo rato a mirarme. Nunca me da ni dice nada, pero hoy a mis pies ha dejado un papel con un poema y lo he traido aquí para leertelo Santa Angela ...


Estatua que pestañeas

¿Qué está pasando por dentro

de tu corazón de piedra?

En medio de este jardín

¿Eres tú quién se conmueve

o es la luz que parpadea?

Y esta emoción que yo siento

¿Es por ti o es el recuerdo

de otra diosa y su dureza,

de otra luz y de otro tiempo?


... Quien me iba a decir a mi que un hombre me escribiría una canción... No sé si volveré a verle mañana, o pasado, o el otro, o la semana que viene, pero sé que estas palabras me acompañaran ya siempre donde quiera que vaya...¡Bendita seas por siempre Madre Angela! De ti dicen que ya desde pequeña imponías tanto respeto que en tu presencia nadie se atrevía a decir una blasfemia o algo impuro. Si éste era el tono de la conversación cuando te veían llegar alguien susurraba: -"callad, que ahí viene Angelita"... A mi eso nunca me ocurrió. Y eso que yo, como tú, también nací con madera de santa. Eso se sabe. Pero yo no soy como tú, ni podré ya serlo nunca. Yo no soy más que un mimo que te quiere mientras se sienta en un banco o pasea por la calle sin que nadie se de cuenta.

P.D: Dedicado a Francisco Barrionuevo, el poeta que creó estos bellos versos que inspiran este relato y cuya generosidad me permite hacer uso de ellos. A mi padre con humildad y agradecimiento.

martes, 18 de noviembre de 2008

Muchos besos para todos, qué tengais un día estupendo...la vida es bella!

domingo, 16 de noviembre de 2008

CÉSAR

"La muerte me preguntó: ¿quieres casarte conmigo?...era uno de esos días en que el viento hablaba por ti."

A los 19 años César dejó atrás los verdes campos gallegos para embarcar por primera vez como marinero. En su maleta metió un par de libros heredados de su padre, unos cuantos fantasmas sin cuya presencia pensó que jamás podría llegar lejos, una flauta de madera y una serie de estampas de santos con los que su madre y su hermana esperaban protegerle en la distancia, dado que no habían conseguido sacarle al niño de la cabeza esa idea de navegar. Era un tipo simpático César. Durante la primera semana se esforzó lo que pudo por agradar a todo el mundo y prodigó favores a unos y otros pensando que quizás pronto alguien daría muestras de reconocer su presencia. Pero no fue así y para no sentirse ignorado César decidió cambiar de estrategia -lo que tampoco tuvo ningún efecto, pues a medida que los días pasaban y el atunero se adentraba más y más en el mar, el estado de animo de la tripulación fue cambiando en una misma dirección, llena de soledad y silencio-. Los marineros se dejaron de hablar casi por completo. Sólo muy de vez en cuando se escuchaba alguna frase más allá de lo estrictamente necesario y entoncés a César le parecía que las palabras quedaban como flotando en el aire, como si pasasen a formar parte del ambiente, igual que sus fantasmas, y él las analizaba letra por letra tratando de averiguar si en ella podía encontrar alguna clave de lo que estaba sucediendo... Un día en que el chico se hallaba sentado en la popa tocando su flauta, un marinero al que llamaban "el largo" se le acercó y se sentó junto él a escucharle. El hecho se repitió durante varios días y César creyó que aquel hombre con quien compartía las puestas de sol sería lo más parecido a un amigo que iba a ancontrar allí. Una vez le oyó decir:"A la mar hay que saber quererla desde dentro, como a las buenas mujeres " César no respondió, pero pensó en su casa por primera vez con morriña. Algunos días más tarde hubo un fuerte temporal que duró 72 horas y mantuvo a todos expectantes y nerviosos. Después el viaje continuó sin incidencias. Y cuando por fin regresaron a Tierra y él volvió a Finisterre su madre y su hermana se alegraron mucho de verle y observaron que parecía distinto en algo, aunque no sabían explicar muy bien en qué. César no dijo nada al respecto. Pero pensó que tendría que pasar mucho tiempo antes de que quisiera embarcarse de nuevo.

jueves, 13 de noviembre de 2008

EL ERROR

" La razón es el mejor repartido de los dones; todo el mundo cree tener bastante"

Todo indicaba que aquel sería un día como los demás. Las mismas caras desconocidas y soñolientas en el metro. El mismo frío cortándome la piel de la punta de la nariz y las orejas mientras amanecía caminando por la Gran Vía. De nuevo al llegar otra vez el conserje dándome los buenos días con esa desgana mientras ojeaba distraidamente el periódico y se servía un poco más de café de un termo color rosa.... Yo mismo otra vez preguntándome estúpidamente mientras subía el primer tramo de la escalera porqué nadie le habría explicado a ese hombre que el rosa era de maricones, y si es que acaso esa era su inclinación sexual... Y otra vez yo respondiéndome a mi mismo que mira tú mis preocupaciones a esa hora de la mañana.... Sin embargo, nada más entrar en la oficina noté que algo estaba sucediendo. Si, sin duda, se respiraba un aire distinto...no digo ni mejor ni peor, simplemente que el ambiente estaba como enrarecido. Me pregunté qué sería mientras dejaba la bufanda y el abrigo en el perchero y me dirigía a mi mesa de trabajo. Entonces observé que en el trajín del ir y venir de los compañeros todos hacían como un pequeño y disimulado esfuerzo por no pasar justo por el medió de la oficina. Me acerqué con curiosidad y por fin pude verlo claramente. Era un error, no había la menor duda de ello. Un error grande y vistoso que nos miraba desafiante... ¿Pero quien habría abandonado allí aquella cosa espeluznante? Por la actitud de los compañeros deduje que no iba a ser fácil averiguarlo, y yo mismo procuré mantenerme al margen como el resto. Pero todos sabíamos como las gastaba el director así que lo sensato era sacarlo de allí antes de que éste llegara y nos echara otra de sus monumentales broncas. El problema es que nadie parecía dispuesto a acercarse más de lo estrictamente necesario. Creo que fue el bueno de Don Alfredo el primero que se acercó como distraidamente y le dio una pequeña patada, con tan mala suerte que el error rodó hasta parar debajo de la mesa de la señorita Laura, quien de un puntapié no tardó en enviarlo al otro extremo del despacho. Pero allí tampoco fue bien recibido y durante un rato el pobre error fue rodando un lado a otro pues nadie lo quería tener cerca. Al final volvió al punto de partida en medio de la oficina y poco después pasó lo inevitable. La puerta se abrió y el director entró mientras todos conteníamos la respiración. Como si supiera de antemano lo que estaba sucediendo se fue directamente al centro y gritó "¿Puede alguien explicarme cómo ha llegado aquí ..." Pero no pudo acabar la frase. Aún no sé muy bien por qué lo hice pero me acerqué hasta él , me agaché lentamente, recogí el error del suelo, me incorporé de nuevo y dije: "disculpe, llevó toda la mañana buscándolo" Y sin más regresé a mi mesa para meterlo en un cajón y continuar trabajando. Pocos minutos después noté con cierto placer que la normalidad regresaba y el día transcurrió placidamente.
Ahora estoy aquí en casa, tumbado sobre la cama, mirando frente a frente al error y preguntándome qué voy a hacer con él...